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Ubicado en el municipio de Ixtapaluca, en el Estado de México, el Rancho de Guadalupe representa un testimonio vivo del México tradicional. Con una historia que se remonta al siglo XVIII, este emblemático espacio ha evolucionado a lo largo de los años hasta convertirse en un recinto multifuncional que combina la preservación histórica con la celebración contemporánea.
Rodeado por campos fértiles y paisajes rurales, el rancho no solo es un lugar lleno de historia, sino también un escenario perfecto para eventos sociales, producciones audiovisuales y actividades culturales.
Orígenes históricos y transformación productiva
Los orígenes del Rancho de Guadalupe se encuentran documentados en las escrituras de compraventa de los años 1799 y 1842, cuando los hermanos Pedro y Miguel Trueba adquirieron terrenos que antes pertenecían al Hospital Real de la Capital. Estas tierras estaban localizadas en el pueblo de Ayotla, justo sobre el antiguo Camino Real que conectaba la Ciudad de México con Puebla, lo que le otorgaba una posición estratégica dentro del paisaje novohispano.
Durante sus primeras etapas, el rancho se dedicó principalmente a la actividad ganadera, centrando su producción en la leche. Gracias a su ubicación y extensión, también se desarrollaron cultivos de maíz, avena y maguey, siendo este último clave para la elaboración de pulque, una bebida fermentada tradicional que formaba parte esencial de la dieta y la vida social de la región.
Conforme pasaron los años, especialmente entre las décadas de 1940 y 1980, el Rancho de Guadalupe se consolidó como parte de la cuenca lechera de Chalco, considerada en aquel entonces una de las más importantes del país. Este auge productivo convirtió al rancho en un referente económico local, y su leche llegó a abastecer importantes zonas urbanas del Valle de México.
Un escenario para la historia y la cultura
El prestigio del Rancho de Guadalupe traspasó las fronteras locales y pronto se convirtió en un punto de encuentro para figuras del ámbito político, artístico y cultural. A lo largo del siglo XX, el rancho fue sede de eventos en honor a expresidentes de México como Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, Miguel Alemán, Adolfo López Mateos y Luis Echeverría, lo que da cuenta de su relevancia dentro de los círculos de poder de la época.
Asimismo, varios gobernadores del Estado de México visitaron este recinto, entre ellos el General Joaquín Beltrán, Carlos Rivapalacio, Gustavo Baz Prada, Juan Fernández Albarrán, Carlos Hank González y Jorge Jiménez Cantú. Estas visitas consolidaron al rancho como un lugar de diálogo y encuentro entre autoridades y ciudadanos.
Desde el punto de vista cultural, el Rancho de Guadalupe también ha sido punto de reunión de artistas e intelectuales. Se dice que el reconocido pintor Diego Rivera fue uno de sus visitantes, atraído por la belleza del paisaje y la riqueza del entorno rural. También lo visitó el célebre torero Carlos Arruza, consolidando al rancho como un espacio versátil en donde el arte y la tradición se entrelazan.
En los últimos años, el rancho ha servido como locación para películas, series de televisión y comerciales, aprovechando su autenticidad arquitectónica y paisajística. Su estilo rústico, los muros antiguos y la naturaleza circundante lo convierten en un escenario ideal para producciones que buscan una atmósfera mexicana tradicional.
Espacios multifuncionales con identidad rural
Actualmente, el Rancho de Guadalupe ofrece una variedad de espacios pensados para satisfacer distintas necesidades. Gracias a su estratégica ubicación —a tan solo 30 minutos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y sobre la carretera libre México-Puebla—, es una excelente opción para eventos sociales, corporativos y artísticos.
Entre sus áreas más destacadas se encuentran:
Jardín y terraza: Espacios al aire libre que permiten la realización de bodas, recepciones y celebraciones familiares rodeadas de naturaleza.
Nopalera y huerto de 100 higueras: Zonas que resaltan la riqueza agrícola del lugar y ofrecen una ambientación singular para sesiones fotográficas o eventos temáticos.
Silos y jardín del pozo: Rincones que evocan la historia agrícola del rancho y aportan un toque auténtico y rústico.
Capilla de la Virgen de Guadalupe: Espacio religioso que conserva el arraigo espiritual de la comunidad y permite la realización de ceremonias religiosas en un entorno íntimo.
Área para banqueteros y estacionamiento: Infraestructura funcional que garantiza comodidad y logística para los organizadores y asistentes.
Baños y servicios adicionales: Todo lo necesario para asegurar que cualquier tipo de evento se desarrolle sin contratiempos.
Bajo la coordinación de la organizadora de eventos Faribia López Cervantes, cada detalle se personaliza para que las celebraciones sean únicas y reflejen tanto los valores de los anfitriones como la esencia del rancho.
Un compromiso con la historia y el presente
El Rancho de Guadalupe no es solo un lugar para eventos, sino un ejemplo de cómo es posible conservar el patrimonio histórico y adaptarlo a los tiempos modernos. Su arquitectura colonial, los vestigios de su pasado agrícola y su espíritu hospitalario son testimonio del México rural que aún vive en espacios como este.
A través de su oferta cultural y su apertura a distintas actividades, el rancho contribuye a la preservación de las tradiciones y a la creación de memorias significativas para quienes lo visitan. Ya sea para celebrar un enlace matrimonial, realizar una producción audiovisual o simplemente recorrer un espacio lleno de historia, el Rancho de Guadalupe se presenta como una experiencia inolvidable.
Información de contacto
Para conocer más sobre el Rancho de Guadalupe, agendar una visita o reservar una fecha para eventos, puedes comunicarte a través de los siguientes medios:
Teléfono: 5527 5349 90
Correo electrónico: contacto@ranchodeguadalupe.com.mx
Sitio web: www.ranchodeguadalupe.com.mx
Facebook: Rancho de Guadalupe
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