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La Hacienda & Spa Aguagordita se localiza en el municipio de Villa García, Zacatecas, muy cerca de los límites con Aguascalientes. Esta antigua hacienda del siglo XIX, originalmente dedicada a la agricultura y la ganadería, ha sido transformada en un espacio de descanso y relajación que conserva sus raíces históricas.
A diferencia de otros desarrollos modernos que imitan el estilo de las haciendas, Aguagordita respeta su arquitectura original: muros gruesos de adobe y piedra, techos altos con viguería, arcos de cantera y patios interiores que fueron cuidadosamente restaurados para ofrecer una experiencia contemporánea sin perder el alma rural. Es un proyecto que rescata la memoria de un pasado agrícola, al mismo tiempo que se adapta a las necesidades del turismo de bienestar y reconexión con la naturaleza.
Un paisaje sereno entre cerros, pastizales y manantiales
El entorno de Hacienda & Spa Aguagordita es parte esencial de su encanto. Se encuentra en una zona semidesértica con pequeñas elevaciones, extensiones de pastizal, y un clima apacible que favorece el descanso. En sus alrededores se pueden observar caballos, huertas y árboles frutales que dan sombra a los antiguos corrales y jardines. El nombre “Aguagordita” alude a un manantial local que da vida a la zona, y que hoy forma parte del sistema de albercas y áreas de relajación del spa. La hacienda está completamente integrada al paisaje rural de Villa García, un municipio que conserva el ritmo pausado del campo zacatecano, pero que ha ganado notoriedad en los últimos años por su oferta de turismo ecológico, artesanal y de salud integral.
Cómo llegar desde la capital de Zacatecas o Aguascalientes
La ubicación de Aguagordita es estratégica para quienes vienen tanto de Zacatecas como de Aguascalientes. Desde la capital zacatecana, se toma la carretera federal 45 hacia el sur hasta llegar al entronque con Villa García, y de ahí se sigue un camino de aproximadamente 20 kilómetros hasta la hacienda. Desde Aguascalientes, el trayecto es aún más corto: solo unos 45 minutos en automóvil desde el centro de la ciudad. El acceso está bien señalizado y la carretera es segura y en buen estado. Muchas personas eligen esta ruta para hacer una escapada de fin de semana, ya que combina perfectamente la cercanía con un ambiente completamente distinto al de la ciudad.
Experiencia de hospedaje y servicios de spa
Hacienda & Spa Aguagordita ofrece una experiencia completa de hospedaje, relajación y contacto con la naturaleza. Cuenta con habitaciones rústicas y elegantes que respetan la distribución original de los cuartos de la hacienda, pero adaptadas con todas las comodidades modernas: camas amplias, baños privados, decoración tradicional y ventanales con vistas a los jardines o al campo abierto. El spa se encuentra en una de las antiguas secciones de servicio, ahora transformada en un centro de bienestar que incluye temazcal, alberca termal, masajes, tratamientos faciales, hidroterapia y terapias alternativas como reiki y aromaterapia. Todo ello se ofrece en un entorno silencioso, con música ambiental y espacios que invitan al descanso profundo.
Además del spa, los huéspedes pueden recorrer libremente los senderos naturales, participar en sesiones de meditación al aire libre, practicar yoga en plataformas de madera rodeadas de árboles o simplemente disfrutar del cielo abierto en una de las hamacas distribuidas por los jardines. La experiencia se siente más como una pausa espiritual que como unas vacaciones convencionales.
Tradiciones locales y vínculos comunitarios
La hacienda mantiene un estrecho lazo con las comunidades vecinas de Villa García, tanto en lo cultural como en lo productivo. Muchos de los productos que se utilizan en el spa, como aceites, jabones o infusiones, provienen de cooperativas locales que trabajan con plantas medicinales y herbolaria tradicional. También se ofrecen talleres de bordado, cerámica y cocina regional, impartidos por artesanos y cocineras del municipio, lo que refuerza la identidad de Aguagordita como un espacio de inmersión cultural. Durante ciertas fechas del año, como la Semana Santa o el Día de Muertos, se organizan actividades especiales con música tradicional, altares comunitarios y platillos típicos preparados de forma colectiva.
Gastronomía saludable con raíces regionales
Uno de los aspectos más valorados por los visitantes es la propuesta gastronómica del lugar. El restaurante de la hacienda sirve platillos saludables elaborados con ingredientes locales y de temporada, muchos de ellos cosechados en su propio huerto orgánico. Aunque el enfoque es en comida ligera y equilibrada, no faltan los sabores tradicionales: se sirven sopas de flor de calabaza, enchiladas zacatecanas, tamales de quelites, atoles de avena y aguas frescas de frutas de temporada. También hay opciones vegetarianas y veganas, así como menús especiales para quienes siguen planes de desintoxicación o dietas terapéuticas. Todo se presenta de forma cuidada, en vajilla de barro o madera, en sintonía con la estética sencilla pero elegante del lugar.
Clima templado ideal para el descanso durante todo el año
El clima en Aguagordita es uno de sus mayores atractivos: templado la mayor parte del año, con cielos despejados y brisas suaves por la tarde. La primavera y el otoño son particularmente agradables, con temperaturas que rondan los 20 a 28 grados durante el día, lo que permite disfrutar de actividades al aire libre sin incomodidad. En verano, las lluvias ocasionales refrescan el ambiente y hacen florecer el campo, mientras que el invierno, aunque más fresco, no alcanza temperaturas extremas. Esto convierte a la hacienda en un destino disponible durante cualquier estación, con diferentes paisajes y experiencias según la época.
Un refugio que honra el pasado y cultiva el bienestar
Hacienda & Spa Aguagordita es mucho más que un sitio de hospedaje: es un refugio donde el pasado rural de Zacatecas se transforma en experiencia contemporánea de bienestar. Su arquitectura antigua, la calidez de sus servicios y su integración con la comunidad local la convierten en una alternativa única para quienes buscan descanso, sanación y belleza natural. Aquí, el silencio no es vacío, sino invitación a la introspección; y cada muro restaurado es un homenaje a quienes alguna vez sembraron, cuidaron y vivieron en estas tierras. Es un lugar donde el tiempo no se detiene, sino que se habita con conciencia y respeto.


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