Enclavada en las fértiles tierras del Valle de Guadalupe, Baja California, la Hacienda Guadalupe Hotel…

En el corazón del municipio de Maxcanú, Yucatán, se alza majestuosa la Hacienda Santa Rosa de Lima, una joya arquitectónica del siglo XIX que ha sido cuidadosamente restaurada y adaptada como un exclusivo hotel boutique. Su belleza colonial, sus jardines botánicos y su atmósfera de serenidad la convierten en uno de los destinos más encantadores del sur de México para los viajeros que buscan una experiencia íntima y auténtica.
En este texto exploramos su historia, su entorno natural, sus atractivos y lo que hace de esta hacienda un sitio privilegiado para el descanso y el descubrimiento.
Un pasado entre henequenes y arquitectura colonial
Como muchas otras haciendas en la península de Yucatán, Santa Rosa de Lima floreció durante el auge del henequén, conocido también como “el oro verde”. A finales del siglo XIX, esta fibra vegetal era una de las principales exportaciones de la región, y las haciendas funcionaban como auténticos centros productivos con infraestructura agrícola, talleres, viviendas para los peones y, por supuesto, la casa principal del propietario.
La Hacienda Santa Rosa fue construida con el estilo neoclásico típico de la época: muros de piedra espesa, techos altos, ventanales con arcos y una imponente fachada de tonos terracota. Con el paso del tiempo y el declive de la industria henequenera, la propiedad quedó en desuso. No fue sino hasta finales del siglo XX que un proyecto de restauración la transformó en lo que es hoy: un hotel de lujo operado por The Luxury Collection, que forma parte de la cadena Marriott.
Un oasis de tranquilidad y naturaleza
Ubicada a aproximadamente 60 kilómetros al suroeste de Mérida, la Hacienda Santa Rosa está rodeada de selva baja, árboles centenarios y caminos rurales que invitan a explorar la tranquilidad del entorno. Lo que más destaca al llegar es su jardín botánico, diseñado para resguardar y mostrar la diversidad vegetal del ecosistema yucateco. En sus senderos es posible observar plantas endémicas, orquídeas, palmas, ceibas y una variedad de especies medicinales tradicionales.
El silencio de la hacienda solo es interrumpido por el canto de las aves. Este entorno natural hace que el hospedaje sea más que un simple descanso: es una inmersión sensorial en la historia y la biodiversidad de la región.
Habitaciones que cuentan historias
Las habitaciones de la Hacienda Santa Rosa han sido restauradas con una mezcla de autenticidad y elegancia. Algunas de ellas conservan los antiguos pisos de pasta, las paredes de piedra, las hamacas tejidas a mano y los muebles de época. Cada habitación tiene su propio carácter, con techos altísimos y detalles en madera tallada que evocan su herencia colonial.
El hotel cuenta con solo una docena de habitaciones, lo que garantiza una atención personalizada y una experiencia íntima. Algunas habitaciones tienen terrazas privadas con vista al jardín, otras incluyen pequeñas piscinas al aire libre y todas están rodeadas de vegetación exuberante que garantiza privacidad y paz.
Gastronomía regional con un toque de sofisticación
El restaurante de la hacienda ofrece una cocina basada en ingredientes locales con toques de alta gastronomía. Los chefs trabajan con productos de temporada y recetas tradicionales para ofrecer platillos como el cochinita pibil, los panuchos, el pescado tikin xic o postres de cacao y miel melipona.
Además, los visitantes pueden disfrutar de experiencias personalizadas como cenas privadas al aire libre, bajo los árboles o en rincones escondidos del jardín botánico, creando momentos memorables en un entorno mágico.
Experiencias culturales y de bienestar
Uno de los atractivos más valorados por los huéspedes es la posibilidad de participar en actividades culturales y de bienestar organizadas por la hacienda. Entre ellas destacan:
Clases de cocina yucateca, donde se enseñan técnicas tradicionales de preparación de platillos como el relleno negro o los tamales colados.
Talleres de artesanía local, como el bordado o el trabajo con fibras naturales.
Masajes y rituales mayas, ofrecidos en espacios al aire libre, con hierbas medicinales y aceites naturales.
Paseos en bicicleta por los alrededores de Maxcanú, para visitar pequeñas comunidades o zonas arqueológicas cercanas.
Un punto de partida ideal para descubrir el suroeste de Yucatán
Gracias a su ubicación, la Hacienda Santa Rosa puede ser también una base ideal para explorar otras joyas del suroeste de Yucatán. A poca distancia se encuentran sitios arqueológicos como Uxmal, Kabah, Sayil y Labná, parte de la famosa Ruta Puuc, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.
También es posible visitar cenotes poco frecuentados, grutas como las de Calcehtok, o pueblos tradicionales donde se conserva la lengua maya viva y la herencia cultural de la región.
Consejos para visitar la Hacienda Santa Rosa
Reservar con anticipación, ya que el número de habitaciones es limitado y la demanda suele ser alta en temporada alta (de noviembre a abril).
Llevar ropa ligera y cómoda, así como repelente de insectos natural, especialmente para paseos al atardecer.
Si viajas en auto, verifica el estado del camino desde Mérida a Maxcanú, ya que en temporada de lluvias puede haber tramos con baches.
Consultar las actividades culturales con antelación, para que el personal de la hacienda pueda organizar experiencias personalizadas según tus intereses.
Una experiencia que trasciende el tiempo
La Hacienda Santa Rosa de Lima es mucho más que un hotel: es un refugio donde la historia, la naturaleza y la cultura yucateca se entrelazan en perfecta armonía. Hospedarse en sus habitaciones es vivir un pedazo de la historia henequenera de Yucatán, pero con las comodidades del presente. Ya sea para una escapada romántica, una luna de miel o una experiencia cultural profunda, esta hacienda representa una joya oculta que encanta a todo el que la visita.
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