Hidalgo, un estado con profundas raíces en la historia minera y, notablemente, en la tradición…

A escasos kilómetros de Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, se encuentra un lugar que parece detenido en el tiempo: la Hacienda San Vicente Chiconcuac. Este majestuoso conjunto arquitectónico, envuelto entre jardines, acueductos antiguos y gruesos muros coloniales, representa una joya del pasado novohispano que hoy renace como destino cultural y turístico.
Además de su imponente estructura, su entorno ofrece tradiciones vivas, una gastronomía auténtica y una experiencia que conecta con las raíces más profundas de México.
Una historia que se remonta al siglo XVI
La Hacienda San Vicente tiene sus orígenes en el siglo XVI, cuando fue construida por órdenes de Martín Cortés, hijo del conquistador Hernán Cortés y de doña Marina, también conocida como la Malinche. Según algunas crónicas, la hacienda fue utilizada como lugar de descanso por la nobleza mexica, e incluso se dice que Moctezuma habría pasado tiempo en ella. Su arquitectura original incluía un molino, ingenio azucarero, graneros, capillas y túneles, que configuraban el paisaje típico de una hacienda colonial.
Durante el siglo XIX, la propiedad fue adquirida por Pío Bermejillo, un prominente hacendado dedicado al cultivo de la caña de azúcar. En ese mismo periodo, se registró un trágico evento: en 1856, el administrador de la hacienda, Nicolás Bermejillo, fue asesinado durante un asalto, hecho que quedó registrado en las crónicas de la época. También fue de propiedad de doña Felicitas Juárez, hija del presidente Benito Juárez, lo que añade una dimensión histórica y política a este recinto.
Tras la Revolución Mexicana, como ocurrió con muchas otras haciendas del país, las tierras fueron fraccionadas y repartidas entre los ejidatarios locales, lo que marcó el declive del modelo hacendario. Sin embargo, el casco principal de la Hacienda San Vicente fue conservado y, con el paso del tiempo, restaurado para funcionar como sede de eventos culturales, bodas, conciertos y visitas turísticas. Su arquitectura se mantiene imponente: acueductos de piedra, túneles, un teatro-capilla de estilo medieval, terrazas con árboles centenarios y jardines que evocan el esplendor de otra época.
Entorno turístico de riqueza cultural
La hacienda se encuentra en el municipio de Xochitepec, muy cerca de la comunidad de Chiconcuac. Esta zona del estado de Morelos se caracteriza por su clima templado, ideal para quienes buscan escaparse del bullicio citadino y disfrutar de un paisaje sereno con un ambiente rural. A menos de veinte minutos se encuentra Cuernavaca, con su rica oferta cultural, museos, jardines y arquitectura colonial.
En los alrededores de la hacienda, los visitantes pueden recorrer capillas como la de San Pedro y la de San Miguel, que conservan sus portadas barrocas y campanarios de influencia francesa. También destaca el reloj público del siglo XIX, una muestra del legado europeo en la región.
Uno de los principales atractivos de Chiconcuac es su famoso tianguis dominical, donde es posible degustar barbacoa de borrego preparada en horno de tierra con pencas de maguey, así como mixiotes, quesadillas y una variedad de antojitos. Además, se pueden adquirir artesanías locales como tapetes, cobijas y suéteres de lana elaborados en telares tradicionales. Esta tradición textil ha sido reconocida por su calidad, y algunos productos han sido galardonados a nivel internacional.
Tradiciones que mantienen viva la identidad
Las festividades en Chiconcuac son vibrantes y reflejan una profunda conexión con las raíces indígenas y católicas. Entre las celebraciones más destacadas se encuentra la fiesta en honor a San Miguel Arcángel el 29 de septiembre, donde las calles se llenan de música, danzas, juegos pirotécnicos y gastronomía popular. También son comunes las danzas de moros y cristianos, vaqueros, sembradores y los tradicionales “viejos”, que aparecen en el carnaval con máscaras coloridas y pasos festivos.
Durante estas celebraciones, los habitantes comparten comidas comunitarias y participan en misas, rezos y procesiones. Estas expresiones de fe y comunidad son una oportunidad única para los visitantes que buscan una experiencia auténtica.
Sabores de tradición morelense
La gastronomía de Chiconcuac y sus alrededores destaca por su riqueza, herencia de la cocina prehispánica y colonial. La barbacoa es uno de los platillos más representativos, cocinada lentamente bajo tierra, lo que le confiere un sabor inconfundible. También son populares los moles, en especial el de guajolote y el mole verde de pepita, acompañados de arroz, tortillas hechas a mano y frijoles de la olla.
Entre los platillos tradicionales también se encuentran los tlacoyos rellenos de haba o frijol, los tamales de ceniza, los sopes, y los guisos con verdolagas, quintoniles, huauzontles y chiltomate. Para el postre, se recomienda probar dulces como la macuacua, necuesquite, y conservas de calabaza o camote. Las bebidas tradicionales incluyen el mezcal de caña, además de atoles y aguas de frutas locales.
Consejos para una visita inolvidable
Visitar la Hacienda San Vicente es una experiencia enriquecedora, pero es recomendable tener en cuenta algunos consejos. Si tu intención es asistir a un evento o boda, realiza tu reservación con anticipación, ya que es un espacio muy solicitado los fines de semana. Lleva calzado cómodo, pues los terrenos empedrados y jardines pueden dificultar el acceso con zapatos inadecuados.
Aprovecha tu estancia para visitar el tianguis dominical, donde encontrarás lo mejor de la cocina local y piezas únicas de artesanía. Si puedes coordinar tu viaje con alguna de las festividades patronales, disfrutarás de un ambiente festivo y lleno de vida. También es recomendable llevar efectivo, ya que muchos de los comercios locales no aceptan tarjetas.
Por último, considera contratar un guía local o un tour especializado para conocer más a fondo la historia de la hacienda, su arquitectura y los relatos que la envuelven. Esto enriquecerá tu visita y te permitirá apreciar cada rincón con una perspectiva histórica y cultural más profunda.
Una joya histórica en el corazón de Morelos
La Hacienda San Vicente Chiconcuac es mucho más que un espacio para eventos: es un testimonio vivo de la historia novohispana, un escenario de tradiciones que siguen latiendo en cada festividad y un lugar donde la belleza arquitectónica se entrelaza con la calidez de la gente y el sabor de la cocina morelense. Quien la visita no solo descubre un lugar hermoso, sino también una parte esencial de la identidad cultural de México. Ya sea que busques descanso, historia, gastronomía o una experiencia cultural genuina, esta hacienda tiene algo único que ofrecer.
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