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La Hacienda del Tecuán, aunque actualmente conocida principalmente por su parque ecológico, tiene sus raíces en un complejo rural tradicional que data del siglo XIX. Su legado comienza como una propiedad agropecuaria adscrita a la extensión del valle del Guadiana, donde se desarrollaban actividades agrícolas, ganaderas y de apoyo a la vida de las familias que laboraban la tierra.

Con el tiempo, la hacienda fue cedida al Estado de Durango y transformada en el Parque Ecológico El Tecuán, un espacio que combina memoria rural, protección ambiental y uso recreativo.

A unos 58 km al oeste de Durango capital, sobre la carretera libre a Mazatlán (km 57), este predio conserva vestigios del casco original de la hacienda, distribuidos alrededor de arroyos, cañadas y bosques de pino-encino . Sus norias, acequias y contenedores de riego tradicionales aún son visibles, aunque el sitio se ha reconfigurado hacia el ecoturismo, manteniendo un equilibrio entre el rescate patrimonial y la conservación natural.

Historia y vocación agropecuaria

Originalmente, la Hacienda del Tecuán funcionaba como una típica propiedad del siglo XIX dedicada a la producción de alimentos y al sostenimiento de sus trabajadores. Se cultivaban cereales, forraje y se criaba ganado bovino y caprino; el agua del río y del subsuelo fue utilizada mediante acequias y norias para irrigar huertas y potreros.

A principios del siglo XX, su cercanía a importantes caminos facilitó la distribución de sus productos hacia la ciudad de Durango y otros puntos del estado. Tras la Reforma Agraria de la Revolución, gran parte de sus tierras pasó a pequeñas parcelas ejidales, pero el casco principal, con su arquitectura funcional de adobe, madera y techos planos, se mantuvo intacto.

En 1981, esta propiedad, conocida también como “Santa Bárbara”, fue donada al gobierno estatal, quedando en manos de la SRNyMA. Formalmente se estableció como área natural protegida en 2008, conservando tanto su historia como su entorno biótico.

Ubicación y acceso

Localizada en el municipio de Santiago Bayacora, la Hacienda del Tecuán se encuentra a un trayecto de aproximadamente 40 minutos en auto desde Durango capital, tomando la carretera libre Durango-Mazatlán y accediendo desde el kilómetro 57 . También es posible llegar en autobús: las rutas se detienen cerca de “Los Viñedos Doroteo Arango” y “Calle Dalí”.

Al llegar, se distingue por sus ten cabañas rústicas, zonas para acampar, áreas de juegos y asadores, junto a infraestructura para actividades deportivas y senderismo dentro de sus casi 900 hectáreas de bosque mixto.

Atractivos turísticos cercanos

La Hacienda es ideal no solo por su arquitectura sino por su entorno natural y cultural:

Senderismo: Caminos entre pinos, cedros y encinos permiten descubrir arroyos y sitios con formaciones rocosas al estilo “rostro natural”, perfectos para fotógrafos y amantes del ecoturismo.

Ciclismo de montaña: Cuenta con pistas con desniveles y rampas, utilizadas también en competencias nacionales e internacionales .

Observación de fauna y avifauna: En el parque habitan más de 60 especies de aves, además de mamíferos como venados cola blanca y wapití, lobos, zorros, coyotes, ardillas, pumas y linces.

Pesca deportiva: Lagunas y estanques permiten capturar especies locales en un entorno vigilado y limpio .

Camping y hospedaje: Diez cabañas para 5‑8 personas y áreas delimitadas para tiendas de campaña ofrecen estancias con chimenea u otras amenidades.

Para quienes deseen una visita más cultural, la cercanía al centro de Durango permite visitar el casco histórico: su catedral, museos y teleférico, ideal para combinar campo y ciudad en un mismo día.

Gastronomía regional y ambiente campestre

Al no contar con restaurante propio, las visitas al Tecuán suelen complementarse con tianguis rurales y fondas locales en los alrededores, donde se sirven platos tradicionales duranguenses:

Caldillo durangueño, típico regional.

Gorditas y tamales caseros, carne seca y asados.

Queso fresco, pan de nata, conservas de membrillo y cajeta.

Bebidas como aguas frescas de frutas y producciones artesanales de mezcal en alrededores rurales.

Los sitios de comida suelen estar atendidos por familias de la región; son opciones informales, pero auténticas y llenas de sabor.

Consejos para una visita exitosa

Horarios y costos: El ingreso es gratuito si no se pernocta; si acampas, hay costo por vehículo (~$50 MXN) . El horario es de 8:00 a 20:00 hrs.

Reservación anticipada: Para cabañas contacta al 618 165 6578 o al 618 137 9916 vía llamada o WhatsApp .

Ropa y calzado: Llevar protección solar, ropa ligera de día y abrigo ligero para las noches, así como calzado antiderrapante para senderos.

Equipo personal: Si planeas pescar o acampar, no olvides equipo, linterna y una tienda de campaña adecuada.

Temporada recomendada: Primavera y verano son ideales para clima templado; invierno puede ofrecer nieve o mañanas frías .

Respeto ambiental: Está prohibido tirar basura, recolectar plantas o capturar animales; el centro de educación ambiental realiza talleres con Conafor y Protección Civil.

Un patrimonio natural con historia viva

La Hacienda delTecuán, en su transformación a Parque Ecológico, representa un puente entre la tradición rural del siglo XIX y las necesidades contemporáneas de conservación, recreación y educación ambiental. Sus muros de cantera y adobe, rodeados de bosques y fauna en libertad, narran una historia que va del cultivo y el pastoreo a la protección activa de los recursos naturales.

Para quienes buscan una experiencia integral —senderismo, historia, fauna, gastronomía y noches bajo las estrellas—, El Tecuán es un destino completo. Es un lugar donde se respira un aire más puro: literalmente, un retiro para reencontrarse con la naturaleza y comprender el valor del legado rural de Durango.

Hacienda del Tecuán

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