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La Hacienda de La Noria se remonta al siglo XVI, cuando las tierras de Oaxaca comenzaron a organizarse bajo el modelo agrícola impuesto por los colonizadores españoles. Su nombre proviene de las antiguas norias utilizadas para extraer agua del subsuelo y abastecer los campos de cultivo y el ganado. Fue una propiedad de carácter mixto, con actividad agropecuaria centrada en el maíz, el trigo y la ganadería menor.

A lo largo de los siglos, pasó por manos de diferentes familias criollas y posiblemente estuvo vinculada con descendientes de Hernán Cortés. Durante la etapa virreinal se consolidó como una de las fincas más estables de la región, con zonas de cultivo, trojes, establos, molinos, un tinacal y capillas. Su importancia económica estaba ligada también al uso de norias, que optimizaban el sistema hidráulico en una región con estaciones de lluvia muy marcadas.

Papel en la historia política y militar

La Hacienda de La Noria adquirió relevancia nacional en el siglo XIX, cuando Porfirio Díaz la eligió como refugio político al proclamarse en contra del gobierno de Benito Juárez mediante el llamado “Plan de La Noria” en 1871. Desde aquí articuló una red de aliados liberales y opositores que más adelante serían claves en su ascenso. Aunque el plan fracasó en su momento, sembró las bases de lo que sería el Porfiriato.

La hacienda sirvió también como punto de encuentro para pequeñas rebeliones regionales en los años previos al estallido de la Revolución Mexicana. Algunas fuentes orales indican que partes del casco fueron utilizados como cuartel o almacén de víveres durante periodos de conflicto.

Arquitectura y ambiente

La arquitectura de la Hacienda de La Noria conserva elementos coloniales genuinos: muros gruesos de adobe con piedra, techos altos de madera con vigas visibles, tejas tradicionales y una distribución centrada en patios interiores. La vieja noria de la que toma su nombre aún se conserva como pieza decorativa funcional.

El casco principal incluye corredores amplios con arcos, una capilla de dimensiones modestas, y varios espacios que han sido restaurados respetando la estética original. La vegetación natural, como nopales, bugambilias, agaves y árboles frutales, enmarca las construcciones en un ambiente campestre que contrasta con la vida urbana. De noche, la iluminación tenue y las sombras de las paredes antiguas evocan una atmósfera nostálgica y poética.

Función actual: hotel boutique y eventos

Actualmente, la hacienda opera como Hotel Boutique Hacienda La Noria, conservando su carácter histórico y adaptando sus instalaciones a las necesidades del turismo contemporáneo. Dispone de habitaciones rústicas con decoración tradicional, mobiliario artesanal, techos altos y vistas a jardines o patios.

Las habitaciones están distribuidas en antiguos edificios de servicio y residencia, ahora restaurados con sensibilidad. El hotel cuenta con alberca, restaurante, terraza y salones multifuncionales para eventos sociales y empresariales. La troje principal ha sido transformada en un salón de usos múltiples, donde se celebran desde bodas y banquetes hasta congresos, catas de mezcal, talleres de bienestar y retiros espirituales.

Cocina, hospitalidad y servicios

El restaurante ofrece una experiencia culinaria con énfasis en la cocina oaxaqueña: moles, tlayudas, tasajo, memelas y bebidas tradicionales como tejate y mezcal. También incorpora platillos contemporáneos, utilizando productos locales como quesillo, chapulines, hierba santa y maíz nativo.

El servicio se caracteriza por su calidez y atención personalizada. El equipo de la hacienda se involucra activamente en la planificación de eventos, proponiendo menús especiales, decoraciones florales, iluminación ambiental, música en vivo y paquetes completos para celebraciones íntimas o multitudinarias.

Experiencia de visitantes

Los huéspedes destacan el equilibrio entre comodidad y tradición. Las opiniones suelen resaltar la tranquilidad del lugar, la autenticidad del ambiente, y el respeto por la arquitectura original. La alberca central, rodeada de vegetación, es uno de los espacios favoritos para descansar tras explorar la ciudad.

Muchos visitantes recomiendan el sitio no sólo como hospedaje, sino como una experiencia cultural. Algunos mencionan que pasear al atardecer por sus patios y jardines es uno de los momentos más especiales del viaje. Familias, parejas y grupos encuentran en la Hacienda de La Noria un lugar donde el tiempo parece fluir con otra cadencia.

Ubicación y acceso

Ubicada a unos minutos del centro histórico de Oaxaca, la Hacienda de La Noria goza de una localización privilegiada: cerca del bullicio turístico, pero en un entorno sereno. Se puede acceder fácilmente en auto particular o mediante transporte privado. Cuenta con estacionamiento amplio, áreas verdes y caminos adoquinados que conservan la atmósfera rural.

Su proximidad a sitios como Monte Albán, Mitla, Hierve el Agua y la Ruta del Mezcal la convierte en un punto de partida excelente para recorridos culturales, arqueológicos y gastronómicos por el Valle de Oaxaca.

Eventos sociales y culturales

La hacienda se ha posicionado como sede de múltiples actividades sociales y culturales. Alberga bodas tradicionales oaxaqueñas, recepciones formales, cenas temáticas, conciertos acústicos y exposiciones de arte popular. También ha sido utilizada para grabaciones de televisión y cine debido a su estética colonial bien preservada.

Gracias a su versatilidad, puede ofrecer desde ambientes íntimos en patios pequeños hasta grandes celebraciones bajo carpas instaladas en sus jardines. Es un espacio que invita a la creación artística y a la celebración en armonía con la historia.

Conservación y vocación patrimonial

El rescate de la Hacienda de La Noria se ha llevado a cabo con un enfoque patrimonial serio. Las restauraciones han buscado conservar materiales originales, evitando imitaciones modernas. El proyecto actual refleja una visión que no sólo valora la rentabilidad turística, sino también la memoria colectiva y la identidad regional.

El mantenimiento constante, el respeto por las estructuras originales y la promoción de valores culturales locales han convertido a esta hacienda en un modelo de conservación viva, donde el pasado se integra naturalmente al presente.

Por qué visitarla

  1. Historia rica ligada a episodios clave del México independiente y porfirista.

  2. Arquitectura colonial auténtica en un entorno natural apacible.

  3. Alojamiento boutique con atención personalizada y decoración tradicional.

  4. Gastronomía regional de alta calidad.

  5. Espacio multifuncional para bodas, eventos, talleres y retiros.

  6. Cercanía a los principales atractivos turísticos de Oaxaca.

  7. Proyecto respetuoso con el patrimonio y el medio ambiente.

  8. Experiencia sensorial completa: arquitectura, cocina, naturaleza y hospitalidad.

  9. Versatilidad en servicios sin perder autenticidad histórica.

  10. Un rincón que permite reconectar con la raíz cultural de México.

La Hacienda de La Noria es mucho más que un hospedaje o salón de eventos: es un refugio de historia, arquitectura y tradición. Representa el alma de Oaxaca condensada en muros centenarios y jardines perfumados. Cada visita se convierte en una oportunidad para reencontrarse con la memoria profunda del México virreinal y disfrutar del presente con un sentido de pertenencia a algo más grande que uno mismo. Es un sitio que deja huella, que inspira y que invita a volver.

Hacienda de La Noria

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