Ojo de Venado, San Luis Potosí, México.
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Hacienda de Guanamé
Testigos de los avatares históricos del estado de San Luis Potosí, testimonio de vida y tradiciones, son los cascos o vestigios de fincas de lo que fueron las grandes haciendas de la región. Los expertos han contabilizado más de 200 cascos de haciendas, en el territorio potosino. Algunas de estas construcciones se mantienen en excelentes condiciones gracias al cuidado de sus dueños. Otras en cambio y lamentablemente, yacen en ruinas y abandonadas. Todas ellas, no obstante, exhiben una impresionante proyección arquitectónica y dejan constancia de lejanos tiempos de Jauja y esplendor. Ejemplos de haciendas potosinas en malas condiciones, son: San Francisco, San Antonio de Rul y El Corte. En cambio, muestras de haciendas bastante preservadas las tenemos en Bocas, Peotillos, Bledos y una que deseamos recomendarles especialmente: la Hacienda de Guanamé. Para los turistas, Guanamé se proyecta como el recuerdo de un paraíso, como los vestigios de una poderosa hacienda ganadera. Además, aquí se puede experimentar el ambiente de un real pueblo fantasma. La Hacienda de Guanamé atesoran cientos de leyendas dignas de conocer. Se localiza en el municipio de Venado, en el estado de San Luis Potosí, en el corazón del Altiplano Mexicano. Qué visitar en la Hacienda de Guanamé Esta antigua construcción fue fundada por Juan de Escanamé en 1600, con el apoyo de los indígenas que habitaban esta parte de México. De hecho, el nombre de Guanamé se deriva del dialecto guachichil, que quiere decir manantial de Agua Buena. A lo largo del siglo XIX, esta hacienda abarcó 400 mil hectáreas, varias de las cuales se usaban pata la cosecha de distintos productos, entre ellos los nopales, el frijol y el maíz. Sin embargo, la actividad que más definió a esta hacienda potosina no fue la agricultura, sino más bien la ganadería. Y es que, en efecto, en tal hacienda se criaban excelentes toros de lidia, y el nombre de la hacienda paso a ser una garantía de excelencia para la fiesta taurina en nuestro país. De acuerdo a los testimonios de los lugareños, por los relatos de sus antepasados, se sabe que esta hacienda era sumamente próspera. Llegó a tener más de 35 mil ovejas y se requería de un mes de trabajo para trasquilarlas a todas. No obstante, este tiempo de oro finalmente terminó. En nuestros días, no obstante su descuido, en Guanamé aún perduran algunos moradores. Los visitantes pueden observar en la Hacienda Guanamé grandes huertas, mismas que rodean al pueblo, en donde sobresalen enormes nogales y antiguos árboles, testigos de los acontecimientos históricos más importantes de esta zona del país. Recomendamos disfrutar, además de sus bellezas naturales, los vestigios de lo que alguna vez fue la casa grande de Guanamé, puesto que con un poco de imaginación, nos transportan al estilo de vida que llegaron a tener los poderosos hacendados de la comunidad de Venado. Cómo llegar a la Hacienda de Guanamé La Hacienda de Guanamé se localiza en Ojo de Venado, San Luis Potosí, México. Información acerca de la Hacienda de Guanamé En las cercanías de venado aparece la ruta que tomó Miguel Hidalgo en su escape antes de ser encerrado en Acatitá de Baján. Por otra parte, en ciertos días del mes de agosto, Guanamé se llena de vida, en el marco de las fiestas patronales. En este periodo mucha gente vuelve a la tierra que nos vio nacer. Sin embargo, durante el resto del año, Guanamé se convierte en un auténtico pueblo fantasma, con muchas leyendas y tradiciones que se niegan a desaparecer y que son muy valoradas por el turismo. Actividades a realizar en la Hacienda de Guanamé Recomendamos visitar los alrededores de la Hacienda de Guanamé. Se trata de parajes silvestres rotundos, ásperos y fascinantes. Venado pese a ser un municipio pequeño, es muy interesante y pintoresco. En general, Guanamé ha cautivado a turistas mexicanos y extranjeros, con antiguas construcciones, las cuales nos transportan a tiempos de inagotables maravillas. Una de las leyendas del lugar, nos cuenta que existe un gran tesoro enterrado en Guanamé. Muchos lugareños han intentado encontrarlo, ya sea entre las paredes de la iglesia o bajo el altar de este mismo templo. Especialistas en hallar tesoros, llegados desde Estados Unidos y Europa, con sofisticado equipo, han tratado de comprobar la veracidad de esta leyenda.
