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Ubicado en un rincón privilegiado del Mar de Cortés, entre montañas desérticas, playas vírgenes y oasis ocultos, Rancho Las Cruces representa uno de los secretos mejor guardados de Baja California Sur.
Este rancho histórico, hoy convertido en un resort privado de élite, ofrece una experiencia única donde el lujo, la naturaleza y la historia se entrelazan en perfecta armonía.
Fundado en la década de 1950 como un refugio exclusivo para celebridades, diplomáticos y magnates, Rancho Las Cruces es, aún hoy, un santuario de paz, belleza y privacidad a orillas del mar.
Una historia de glamour, naturaleza y conservación
Rancho Las Cruces tiene su origen en la visión del magnate estadounidense Abelardo Rodríguez Jr., hijo del expresidente mexicano Abelardo L. Rodríguez. En 1950, Rodríguez Jr. adquirió miles de hectáreas a lo largo de la costa oriental de la península sudcaliforniana con el propósito de crear un club de campo privado que ofreciera un acceso exclusivo a las playas del Mar de Cortés, en un entorno completamente virgen.
Durante sus primeros años, el rancho funcionó como un club privado para invitados selectos, entre los que se encontraban celebridades de Hollywood, miembros de la alta sociedad estadounidense, empresarios influyentes y figuras políticas. Personajes como John Wayne, Lucille Ball, Desi Arnaz y Bing Crosby visitaron Las Cruces, atraídos por la posibilidad de disfrutar de la pesca deportiva, las playas solitarias y la discreción que el lugar ofrecía.
Con el tiempo, Rancho Las Cruces se consolidó no solo como un centro de recreación, sino también como un modelo de conservación ambiental, ya que sus propietarios limitaron el acceso y el desarrollo para preservar la belleza natural del área. Hoy en día, el rancho mantiene su carácter exclusivo, operando bajo una filosofía de turismo de bajo impacto y experiencias auténticas, reservadas para aquellos que buscan desconectarse del mundo sin renunciar al confort.
Ubicación y entorno: un paraíso en la costa oriental
Rancho Las Cruces se localiza a unos 40 km al sur de La Paz, capital de Baja California Sur, en una zona costera de difícil acceso pero de belleza inigualable. La propiedad se extiende por más de 10,000 hectáreas, incluyendo kilómetros de playas solitarias, arroyos estacionales, valles desérticos, formaciones rocosas impresionantes y una vasta extensión de ecosistema semiárido que alberga especies endémicas de flora y fauna.
Desde cualquier punto del rancho se contempla el Mar de Cortés, cuya riqueza ecológica ha llevado a muchos a llamarlo “el acuario del mundo”. En estas aguas es posible observar delfines, tortugas marinas, mantarrayas gigantes y ballenas durante las temporadas migratorias. La costa, casi intacta, está salpicada de playas de arena blanca, bahías tranquilas y acantilados que caen directamente al mar, ideales para el descanso, el esnórquel o la meditación.
El aislamiento natural del lugar contribuye al ambiente de tranquilidad absoluta que se respira en Rancho Las Cruces. No hay tráfico, no hay ruido urbano, no hay multitudes. Solo el sonido del mar, el viento y la fauna silvestre.
Hospedaje y estilo: elegancia sobria con sabor mediterráneo
Las instalaciones de Rancho Las Cruces fueron construidas originalmente en los años 50, con un estilo arquitectónico que recuerda a las villas mediterráneas, pero con elementos rústicos y regionales que integran al paisaje desértico. Las edificaciones están distribuidas a lo largo de la costa, rodeadas de palmeras, jardines xerófitos y terrazas con vista al mar.
El hotel principal y las villas privadas mantienen una decoración sobria, con muebles de madera maciza, textiles mexicanos, cerámica artesanal y detalles que evocan una época de glamour clásico. No hay lujos estridentes, sino una atmósfera de elegancia atemporal, donde cada elemento ha sido colocado para invitar al descanso y la contemplación.
Las habitaciones cuentan con terrazas privadas, camas amplias, ventilación natural y baños espaciosos, muchos con acabados en piedra y cobre. La mayoría de las estancias no cuentan con televisión ni señal celular, reforzando el concepto de retiro consciente que caracteriza al rancho.
Gastronomía: del mar a la mesa
La cocina de Rancho Las Cruces se basa en los productos frescos de la región y en el legado de la gastronomía bajacaliforniana. El pescado y marisco fresco —como dorado, huachinango, almejas chocolatas, langosta y callo de hacha— se combinan con vegetales orgánicos cultivados en huertos propios, hierbas aromáticas y recetas tradicionales.
Los menús cambian cada día, dependiendo de la pesca del día y de la temporada. Se puede disfrutar de ceviches, mariscos al carbón, pescados en salsa de chile pasilla o adobo, tortillas recién hechas y postres regionales como dulce de guayaba o flan de coco.
Las comidas se sirven en un comedor frente al mar, bajo una palapa tradicional, o bien en cenas privadas en la terraza de las villas. El servicio es discreto, atento y personalizado.
Actividades: naturaleza, aventura y bienestar
Rancho Las Cruces ofrece una variedad de actividades al aire libre, todas orientadas a promover la conexión con el entorno. Los visitantes pueden practicar:
- Pesca deportiva (atún, pez vela, dorado, marlín)
- Caminatas por senderos ecológicos
- Paseos en kayak y paddleboard
- Esnórquel en arrecifes cercanos
- Avistamiento de aves y fauna silvestre
- Ciclismo de montaña
- Clases de yoga frente al mar
Además, se pueden organizar excursiones privadas a lugares como Isla Espíritu Santo, El Triunfo o los cañones de la Sierra de la Laguna, todos cercanos al rancho.
Un legado que perdura
Más que un simple alojamiento, Rancho Las Cruces es una experiencia de vida, un homenaje al pasado y una apuesta por un futuro donde el turismo puede convivir con la naturaleza sin destruirla. Su historia está entretejida con el desarrollo turístico de Baja California Sur, pero también con la defensa del patrimonio natural y cultural de la región.
Hoy, el rancho sigue siendo gestionado por descendientes de su fundador, quienes han mantenido el carácter exclusivo del lugar, evitando su masificación y priorizando la calidad sobre la cantidad.
Una joya escondida frente al Mar de Cortés
Para quienes buscan un lugar fuera de lo común, un espacio donde el tiempo se detiene y el mar susurra secretos antiguos, Rancho Las Cruces es una joya discreta y sublime. Un refugio de elegancia natural, donde la vida se vive sin prisa, y cada atardecer pinta de oro las montañas del desierto.
Hospedarse aquí no es simplemente descansar: es entrar en contacto con lo esencial, con la historia, la belleza intacta y el lujo que no necesita anunciarse. Rancho Las Cruces es, sin duda, uno de los tesoros mejor guardados de México.
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