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En el municipio de Umán, a escasos 30 minutos del centro de Mérida, se alza la majestuosa Hacienda Xtepén, una propiedad restaurada con esmero que combina la opulencia del pasado henequenero yucateco con la comodidad y belleza de un recinto diseñado para celebraciones, descanso y contacto con la naturaleza. Enmarcada por campos verdes, arcos de piedra, árboles centenarios y arquitectura colonial, esta hacienda ha logrado destacar como uno de los destinos preferidos en el sur del estado para bodas, eventos especiales y estancias relajantes en un entorno histórico.
Aunque Xtepén no opera como hotel de ocupación permanente, su versatilidad como espacio para eventos privados y su disponibilidad para estancias exclusivas la han posicionado como una joya del turismo de experiencias. Su nombre proviene del maya y puede traducirse como “el lugar de las piedras planas”, un reflejo de la geografía llana y pedregosa de la región.
Historia de esplendor y recuperación
La Hacienda Xtepén se originó en el siglo XIX como una propiedad agrícola y ganadera, aunque rápidamente fue adaptada a la producción de henequén, el llamado “oro verde” que transformó la economía yucateca en aquella época. Durante las décadas de auge, fue uno de los principales centros de trabajo en la región de Umán, con maquinaria, talleres, bodegas y casas para peones.
Con la decadencia del henequén en el siglo XX, la hacienda cayó en el abandono. Fue hasta principios de los años 2000 que la propiedad fue adquirida por nuevos dueños, quienes iniciaron un ambicioso proyecto de restauración, respetando la arquitectura original y dotando al lugar de infraestructura moderna para su conservación y uso turístico.
Hoy en día, Xtepén conserva su casa principal, su capilla, sus jardines y corredores, y ha sido adaptada para funcionar como hacienda de eventos, alojamiento privado y locación de producciones audiovisuales.
Arquitectura señorial y espacios de contemplación
Uno de los mayores atractivos de Hacienda Xtepén es su arquitectura restaurada con fidelidad histórica. La casa principal, de techos altos y anchos muros de piedra, presenta amplios corredores con columnas, ventanales enmarcados en madera, pisos de pasta artesanal y detalles decorativos que remiten al esplendor del siglo XIX.
El interior conserva mobiliario antiguo, candiles, espejos tallados y piezas originales combinadas con elementos modernos de diseño. Algunas estancias se utilizan como habitaciones para los huéspedes durante estancias privadas, mientras que otras funcionan como salas de descanso, bibliotecas o vestidores para novios y artistas.
Los jardines rodean toda la propiedad, con árboles como ceibas, flamboyanes y palmas, además de una piscina elegante con camastros, pérgolas y zonas de sombra. También se ha habilitado un campo abierto ideal para banquetes, conciertos y ceremonias al aire libre.
Capilla privada y bodas de ensueño
Una de las joyas de la hacienda es su capilla restaurada, pequeña y elegante, con un altar de piedra, vitrales y techo de madera. Esta capilla ha sido escenario de numerosas bodas religiosas y ceremonias simbólicas, ya que el conjunto arquitectónico ofrece el ambiente perfecto para eventos íntimos y espirituales.
Gracias a sus dimensiones y entorno natural, Hacienda Xtepén se ha convertido en un lugar altamente solicitado para bodas de destino, donde se celebran desde la ceremonia hasta la recepción y el hospedaje de los novios y familiares más cercanos. El equipo de la hacienda colabora con organizadores profesionales para ofrecer servicios personalizados, decoración temática y atención a cada detalle.
Estancia privada y experiencias exclusivas
Aunque no funciona como hotel abierto al público en general, Hacienda Xtepén ofrece estancias privadas bajo reservación especial, especialmente para quienes buscan un retiro temporal en un entorno tranquilo y elegante. Los visitantes pueden disfrutar de la casa principal, la piscina, los jardines y las áreas comunes, con servicio de alimentos bajo solicitud.
También se ofrecen paquetes para sesiones fotográficas, grabaciones, clases de cocina tradicional, recorridos por la historia del henequén y paseos en bicicleta por los alrededores. Estas experiencias se adaptan a los intereses de los huéspedes y pueden incluir atención personalizada y acceso a espacios exclusivos.
La hacienda funciona como un lugar para quienes valoran la privacidad, el diseño y la historia viva, sin las aglomeraciones del turismo masivo.
Cercanía con Mérida y pueblos con encanto
La ubicación de Xtepén es privilegiada. Se encuentra a menos de media hora del centro de Mérida y muy cerca de otros puntos de interés del sur y suroeste del estado. Algunos destinos recomendables para complementar la estancia incluyen:
Umán, con su iglesia de San Francisco de Asís y sus mercados locales.
Hunucmá, conocido por su gastronomía y sus tradiciones religiosas.
Haciendas vecinas como San Antonio Hool o Yaxcopoil, que también han sido restauradas.
Grutas de Calcehtok y Oxkintok, ideales para excursiones naturales y arqueológicas.
Además, la cercanía con el aeropuerto internacional de Mérida facilita el acceso para visitantes nacionales e internacionales.
Consejos para la visita
Reservar con anticipación, especialmente si se trata de una boda, sesión fotográfica o evento
Consultar disponibilidad de fechas para estancias privadas o visitas guiadas
Llevar ropa formal si se asiste a un evento, pero también ropa cómoda si se disfruta del entorno natural
Respetar las áreas delimitadas durante eventos o grabaciones, ya que la hacienda también opera como locación profesional
Un lugar donde la elegancia se encuentra con la historia
La Hacienda Xtepén no es solo una propiedad restaurada: es un homenaje al legado henequenero, a la arquitectura colonial y al paisaje yucateco. Su atmósfera refinada, su cuidado por los detalles y su oferta de experiencias personalizadas la convierten en uno de los lugares más especiales del sur del estado, tanto para celebraciones memorables como para momentos de contemplación y retiro.
Quienes la visitan no solo descubren un lugar hermoso, sino un espacio donde la historia sigue viva, entre muros de piedra, jardines tranquilos y cielos despejados. Un rincón de Yucatán donde el tiempo parece detenerse para dar paso a la belleza serena de lo eterno.
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