Campeche, con su rica amalgama de cultura maya, vestigios coloniales y una historia que se…

Ubicada a tan solo 12.5 kilómetros al sureste de Mérida, Yucatán, la Hacienda San Ildefonso Teya, conocida simplemente como Hacienda Teya, es una de las propiedades más emblemáticas del sureste mexicano.
Su historia se entrelaza con la evolución económica, social y cultural de la región desde el siglo XVII hasta nuestros días.
Orígenes coloniales
La hacienda fue fundada en 1683 por Doña Ildefonsa Antonia Marcos Bermejo Calderón y de la Helguera, esposa del Conde de Miraflores. Durante sus primeros años, se dedicó a la agricultura y ganadería, actividades fundamentales para la economía regional. Los cultivos de maíz, el pastoreo y la producción de alimentos sostenían no solo a la propiedad, sino también a muchas comunidades aledañas.
El auge del oro verde
Con la llegada del siglo XIX, Yucatán vivió el auge del henequén, conocido como el “oro verde”, una fibra vegetal cuya demanda internacional transformó la economía local. Hacienda Teya fue reconvertida en una hacienda henequenera, equipada con maquinaria y extensos campos de agave. Durante esta época, la hacienda vivió uno de sus momentos de mayor esplendor, siendo parte del motor económico que conectaba a Yucatán con Europa y Estados Unidos.
Caída y abandono
Como muchas otras haciendas, Teya sufrió las consecuencias del declive del henequén en el siglo XX. Las reformas agrarias y la baja de los precios internacionales llevaron al abandono de gran parte de la infraestructura henequenera. Por décadas, la hacienda permaneció en ruinas, envuelta por la vegetación y el olvido, mientras sus muros históricos se desmoronaban lentamente.
Renacimiento y restauración
El destino de Teya cambió en 1974, cuando fue adquirida por el empresario yucateco Jorge Cárdenas Gutiérrez, quien emprendió un ambicioso proyecto de restauración. Durante más de veinte años, trabajó para rescatar el valor histórico y arquitectónico de la hacienda, devolviéndole su esplendor colonial sin alterar su esencia original.
Hoy en día, Hacienda Teya es un ejemplo notable de rescate patrimonial exitoso, al combinar historia, gastronomía y turismo cultural.
Gastronomía yucateca viva
Uno de los grandes atractivos de la hacienda es su restaurante, ubicado en la planta baja de la casona principal. Con capacidad para 250 personas, este espacio se ha convertido en un ícono de la cocina regional yucateca. Su menú incluye platillos tradicionales como:
- Sopa de lima
- Queso relleno
- Cochinita pibil cocida en horno de tierra
- Lomitos de Valladolid
- Papadzules, panuchos y salbutes
Los comensales también pueden disfrutar de bebidas naturales como agua de chaya o tamarindo, y de postres típicos como el caballero pobre o el flan de la casa.
El restaurante ha sido galardonado a nivel nacional por la CANIRAC, y es considerado uno de los mejores lugares para probar la auténtica cocina yucateca.
Un espacio para celebrar
Además de su propuesta gastronómica, Hacienda Teya ofrece amplias instalaciones para eventos sociales, culturales y empresariales. Cuenta con jardines, tres salones climatizados y capacidad para recibir hasta 2,000 personas. Es un lugar muy solicitado para bodas, recepciones diplomáticas, congresos y celebraciones de todo tipo.
Entre las personalidades que han visitado la hacienda se encuentran la reina Sofía de España, Hillary Clinton y los duques de Luxemburgo, todos atraídos por el ambiente elegante y la hospitalidad del lugar.
Hospedaje con historia
Para quienes desean una experiencia más íntima, la hacienda ofrece seis habitaciones de estilo colonial, decoradas con mobiliario antiguo, techos altos con vigas de madera y detalles arquitectónicos que evocan el Yucatán del siglo XIX. Estas habitaciones ofrecen tranquilidad, privacidad y una inmersión en el entorno histórico.
Una marca que trasciende
En años recientes, Hacienda Teya ha expandido su legado gastronómico con nuevas sedes bajo el nombre “Teya Gastronomía Yucateca Viva”, ubicadas en el centro de Mérida, como en el Parque de Santa Lucía y Paseo 60. Estos espacios modernos mantienen la esencia de la cocina tradicional, fusionada con técnicas contemporáneas. Destaca la colaboración con el chef Roberto Solís Azarcoya, impulsor de la llamada “nueva cocina yucateca”.
Cocina para llevar a casa
Como parte de su compromiso por preservar la tradición, se ha publicado el libro Cocina Yucateca de la Hacienda Teya, una colección de recetas regionales transmitidas de generación en generación. Este recetario permite llevar a casa los sabores y técnicas de la cocina peninsular, desde los antojitos hasta los platillos más elaborados.
Una experiencia completa
Hacienda Teya representa mucho más que un restaurante o una casona antigua. Es un testimonio vivo de la historia de Yucatán, un ejemplo de recuperación del patrimonio cultural y un punto de encuentro entre el pasado y el presente. Visitarla es una oportunidad para saborear la tradición, contemplar la arquitectura colonial, y experimentar el alma hospitalaria del sureste mexicano.
Desde sus muros centenarios hasta sus aromas de achiote, cada rincón de Teya narra una historia que aún sigue viva.


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