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En el corazón del municipio de Zapopan, Jalisco, se encuentra una de las joyas arquitectónicas más notables del occidente de México: la Hacienda Santa Lucía. Fundada en el siglo XVII, esta hacienda no solo representa un importante legado histórico y cultural, sino que también se ha consolidado como uno de los espacios más exclusivos para la realización de eventos sociales en la región.
Con una mezcla armoniosa entre el pasado colonial y el presente contemporáneo, Santa Lucía ofrece un viaje en el tiempo para quienes desean celebrar momentos especiales rodeados de historia, arte y naturaleza.
Un origen con raíces profundas
La historia de la Hacienda Santa Lucía se remonta a mediados del siglo XVI, cuando la zona de Nochistanejo –donde hoy se ubica– era un asentamiento indígena. Para 1545, existen registros de actividades en el área, pero fue hasta 1630 cuando se consolidó como hacienda, bajo el dominio del capitán español Agustín López de Gamboa, originario de Toledo. Esta figura, influyente en la región de la Nueva Galicia, transformó la propiedad en un bastión agrícola, ganadero y minero, dotándola de una estructura económica sólida que le permitió prosperar durante más de tres siglos.
La hacienda llegó a abarcar más de 24 mil hectáreas, que se destinaban a diversos cultivos como maíz, trigo, cebada y maguey. También se explotaban minas de ópalo, caolín y carbón. Esta actividad múltiple hizo de Santa Lucía un punto económico estratégico durante la época virreinal, lo que derivó en la construcción de importantes edificaciones que aún se conservan y que reflejan la grandeza de aquellos tiempos.
Patrimonio arquitectónico que perdura
Uno de los aspectos más cautivadores de la Hacienda Santa Lucía es su arquitectura, testigo silente del paso del tiempo. Sus edificaciones principales conservan el estilo colonial característico del siglo XVII. Destaca su capilla consagrada, construida por encargo de sus primeros dueños, que alberga retablos españoles y figuras traídas de Europa, entre las cuales sobresale la imagen de Santa Lucía, patrona que da nombre a la hacienda.
Otro de sus espacios más emblemáticos es la antigua Taberna, donde originalmente se producía mezcal. Este edificio, con gruesos muros de piedra, cúpulas tradicionales y pilastras robustas, fue restaurado para convertirse en un salón ideal para celebraciones, manteniendo su esencia histórica sin renunciar a la comodidad contemporánea.
Además de estos recintos, la hacienda está rodeada de jardines amplios, árboles centenarios y terrazas con vistas panorámicas, lo que la convierte en un lugar ideal para ceremonias al aire libre o sesiones fotográficas que evocan épocas pasadas.
Transformación en recinto para eventos
Con el paso del tiempo y el declive del sistema hacendario tradicional, muchas propiedades de este tipo fueron abandonadas o demolidas. Sin embargo, Hacienda Santa Lucía logró reinventarse. En las últimas décadas, sus actuales propietarios emprendieron una cuidadosa restauración que respetó los elementos originales, adaptando los espacios para convertirla en un sitio exclusivo para bodas, eventos empresariales, sesiones fotográficas y celebraciones familiares.
Uno de sus grandes atractivos es su cercanía con Guadalajara: se ubica a tan solo 25 minutos del centro histórico, lo cual facilita la logística para los invitados sin sacrificar el ambiente campestre y privado.
La hacienda ofrece una terraza techada de gran altura, una suite nupcial completamente equipada, alojamiento para invitados, área de catering, servicios de valet parking, baños elegantes y personal capacitado que asiste durante todo el evento. La combinación de instalaciones modernas con un entorno lleno de historia le ha merecido varios reconocimientos, como el premio a la Calidad Total otorgado por el Ayuntamiento de Zapopan.
Gastronomía de autor
Uno de los pilares del prestigio de Hacienda Santa Lucía es su oferta culinaria. Bajo la dirección del chef Humberto Zaragoza Lavine, se ofrece una propuesta gastronómica de autor que combina ingredientes frescos, de origen local y orgánico, con técnicas modernas de la alta cocina. El menú es adaptable según las necesidades de los anfitriones e incluye opciones vegetarianas, veganas y menús especiales para desvelados.
Los platillos son servidos con elegancia y precisión, aportando un toque distintivo a cada celebración. Desde entradas inspiradas en recetas tradicionales mexicanas hasta creaciones gourmet que fusionan lo mejor de la cocina nacional e internacional, la experiencia culinaria en Santa Lucía es otro de sus grandes encantos.
Un lugar para vivir momentos inolvidables
La Hacienda Santa Lucía es más que una construcción colonial restaurada: es un símbolo de continuidad entre el pasado y el presente. Cada rincón cuenta una historia, cada piedra conserva memorias de siglos anteriores, y cada celebración que se realiza ahí se convierte en parte de una tradición que sigue viva.
Muchas parejas eligen este lugar no solo por su belleza, sino por el ambiente íntimo, elegante y atemporal que ofrece. Desde la ceremonia religiosa en su capilla, hasta la recepción en la terraza iluminada bajo el cielo de Jalisco, Santa Lucía brinda una experiencia completa que combina el romanticismo, la historia y el confort.
En una época en la que los espacios con identidad son cada vez más valorados, la Hacienda Santa Lucía se mantiene como un referente en el occidente de México, no solo por su valor patrimonial, sino también por su capacidad de adaptación. Ha pasado de ser un centro de producción agrícola y minera en la colonia, a convertirse en uno de los lugares más exclusivos y memorables para quienes desean celebrar su historia personal rodeados de historia colectiva.
Quienes visitan la hacienda no solo se encuentran con un espacio para eventos, sino con un fragmento vivo de la historia de Jalisco. Y eso, sin duda, la convierte en un lugar único.


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