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Ubicada a solo unos kilómetros al sur de la ciudad de Mérida, la Hacienda Petac es una joya arquitectónica del siglo XVII que conjuga el esplendor del pasado colonial con las comodidades más refinadas de la vida contemporánea. Enclavada en la exuberante selva yucateca, esta antigua hacienda henequenera ha sido transformada en un refugio exclusivo que ofrece una experiencia única de descanso, cultura y contacto con la naturaleza.

Su restauración respetuosa de la historia, combinada con un servicio personalizado de primer nivel, la convierte en uno de los destinos más deseables del sureste mexicano para quienes buscan privacidad, autenticidad y belleza.

Un legado colonial cuidadosamente restaurado

La Hacienda Petac tiene sus orígenes en la época colonial, cuando funcionaba como una de las muchas haciendas productoras de henequén, conocido como el “oro verde” del Yucatán. Durante el auge henequenero de los siglos XIX y principios del XX, estas propiedades fueron centros neurálgicos de producción y riqueza. Sin embargo, con el declive de esta industria, muchas cayeron en abandono.

En el caso de Petac, su restauración ha sido un proceso meticuloso que buscó rescatar los elementos originales de la arquitectura sin sacrificar el confort moderno. Los antiguos muros de mampostería, los pisos de pasta, los techos altos con vigas de madera y las puertas de madera tallada han sido preservados o reproducidos con fidelidad. Todo el conjunto refleja un respeto profundo por la historia y el contexto cultural, al mismo tiempo que ofrece todas las comodidades propias de un alojamiento de lujo.

Estancia exclusiva y personalizada

Una de las características que distingue a Hacienda Petac es su concepto de exclusividad. La propiedad no opera como un hotel tradicional, sino como una villa privada que se renta en su totalidad, lo que garantiza una experiencia íntima y totalmente personalizada. Con capacidad para hasta 14 personas, es ideal para reuniones familiares, escapadas con amigos o celebraciones especiales.

El personal de la hacienda está completamente dedicado a atender a sus huéspedes. Desde un chef privado que prepara menús personalizados con ingredientes locales hasta terapeutas de spa, mayordomos y jardineros, todo el equipo está enfocado en brindar una atención impecable y discreta. La sensación es la de estar en casa, pero en una casa de ensueño.

Habitaciones con carácter y confort

La hacienda cuenta con siete habitaciones distribuidas en distintos pabellones, cada una con su propia personalidad, decoración artesanal y detalles únicos. Todas están equipadas con aire acondicionado, baños amplios, amenidades de lujo y terrazas privadas con vistas a los jardines tropicales.

El diseño interior fusiona lo colonial con lo contemporáneo. Los textiles de lino, los muebles de maderas nobles, los colores tierra y los elementos decorativos yucatecos —como hamacas, bordados y arte popular— contribuyen a crear un ambiente cálido, relajado y sofisticado a la vez.

Jardines, naturaleza y bienestar

Uno de los aspectos más valorados de la estancia en Hacienda Petac es el contacto con la naturaleza. Los jardines que rodean la casa principal están cuidados con esmero, e incluyen una variedad impresionante de plantas tropicales, árboles frutales, aves y mariposas. El entorno invita al descanso y la contemplación.

La hacienda cuenta también con una alberca de gran tamaño, rodeada de palmeras y camastros, ideal para relajarse bajo el sol yucateco. Además, ofrece un spa completo con temazcal tradicional, sala de masajes y tratamientos que incorporan ingredientes naturales como miel, cacao, hierbas mayas y aceites esenciales.

Para quienes buscan una experiencia de relajación profunda, Hacienda Petac es un santuario. El silencio solo se ve interrumpido por el canto de las aves, el murmullo de las fuentes o el susurro del viento entre las hojas.

Experiencias culturales y excursiones

Aunque el entorno invita a no salir de la hacienda, Petac también es una excelente base para explorar los tesoros del Yucatán. A pocos minutos se encuentran sitios arqueológicos como Uxmal, Dzibilchaltún o Mayapán, así como cenotes de aguas cristalinas y pueblos mayas donde se conservan tradiciones ancestrales.

Los anfitriones pueden organizar visitas guiadas, talleres de cocina yucateca, catas de mezcal o recorridos por Mérida, una ciudad vibrante con rica oferta cultural, gastronómica y arquitectónica. También es posible coordinar ceremonias mayas, recorridos en bicicleta o clases de yoga al aire libre.

Un lujo que respeta la historia y el entorno

Hacienda Petac no solo ofrece una experiencia de alto nivel, sino que lo hace con un compromiso claro con la sustentabilidad y la preservación cultural. La restauración ha seguido principios de conservación del patrimonio, el empleo favorece a comunidades locales y se promueven prácticas ecológicas en el mantenimiento de jardines y en el uso de productos naturales.

Más que un hospedaje, Petac es un puente entre el pasado y el presente, entre el lujo y la autenticidad. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse y donde cada detalle ha sido pensado para brindar bienestar, belleza y conexión.

La Hacienda Petac es mucho más que una casa antigua restaurada. Es un espacio donde la historia, el lujo, la naturaleza y la cultura se funden para crear una experiencia memorable. Ideal para quienes buscan algo más que unas vacaciones, este destino invita a reconectar con uno mismo, con los seres queridos y con la rica herencia del mundo maya. En un entorno de paz y elegancia, Petac representa lo mejor del Yucatán profundo, desde el alma de sus muros centenarios hasta la calidez de su gente.

Hacienda Petac

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