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La Hacienda El Alpuyeque, situada al sur de la ciudad de Colima, representa uno de los ejemplos más singulares del aprovechamiento de recursos naturales en el ámbito rural del occidente mexicano. Fundada entre los siglos XVIII y XIX, esta hacienda debe su nombre y existencia al manantial termal que brota en sus tierras, cuyo uso data de tiempos prehispánicos.

Desde la época colonial, el sitio fue aprovechado tanto para actividades agropecuarias como para el descanso de viajeros, convirtiéndose en un punto clave para el abastecimiento de agua, el descanso de ganado y la producción agrícola.

A diferencia de otras haciendas tradicionales enfocadas en caña de azúcar o ganadería extensiva, El Alpuyeque destacó por su uso de aguas termales como recurso medicinal y recreativo, siendo considerada en su época como una “hacienda de baños”.

Con el tiempo, esta función se mantuvo, atrayendo visitantes que buscaban sanación y bienestar natural, mientras su entorno agrícola seguía abasteciendo a las comunidades cercanas. Hoy, la hacienda es un espacio de memoria activa donde confluyen historia, naturaleza y turismo de bienestar.

Características arquitectónicas

Aunque no se conserva la hacienda en su estructura original completa, sí se mantienen elementos fundamentales que hablan de su pasado. Entre ellos destacan los muros de piedra volcánica y cal, vestigios de albercas termales, canales de irrigación y patios centrales que fueron centro de reunión y descanso. Las instalaciones actuales han sido adaptadas para el uso turístico, respetando la traza del lugar, lo que permite al visitante caminar entre jardines, albercas y caminos que siguen los mismos recorridos de antaño.

La arquitectura conserva ese aire de sencillez y funcionalidad típico de las haciendas rurales de clima cálido: espacios amplios, techos altos, sombra generosa y corredores que conectan entre sí distintas áreas. Uno de los elementos más llamativos es el sistema hidráulico original, que aún permite canalizar el agua termal hacia estanques y albercas, brindando una experiencia natural que ha resistido el paso de los siglos.

Entorno turístico

El Alpuyeque se encuentra a solo 20 minutos de la ciudad de Colima, en una zona rodeada de huertos, ríos y tierras de cultivo. Su ubicación estratégica entre la capital del estado y las playas de Tecomán lo convierte en una parada perfecta para quienes buscan equilibrio entre naturaleza, salud y cultura rural. El área cuenta con un microclima agradable y abundante vegetación tropical, lo que hace de la visita una experiencia sensorial completa: el vapor del agua termal, el canto de las aves, la vista de los cerros verdes al atardecer.

En los alrededores se pueden realizar recorridos ecológicos, observación de flora y fauna, caminatas por senderos rurales y visitas a otros sitios patrimoniales. Además, es común encontrar talleres artesanales y viveros donde se cultivan plantas ornamentales y medicinales, muchas de ellas utilizadas tradicionalmente en los baños termales del lugar.

Gastronomía regional

Uno de los grandes atractivos de visitar Hacienda El Alpuyeque es la posibilidad de disfrutar de la cocina tradicional colimense en un ambiente rural y relajado. En la zona se ofrecen platillos sencillos pero llenos de sabor, como el pozole seco, los tamales de ceniza, las enchiladas dulces o los tacos dorados rellenos de papa y chorizo. También es común encontrar cocinas que ofrecen pescado fresco de río, arroz con plátano macho y tortillas hechas a mano.

Los jugos naturales y las aguas frescas elaboradas con frutas tropicales como guanábana, papaya, tamarindo y mango son parte esencial de la experiencia gastronómica, al igual que los dulces de leche, coco y camote que se elaboran en los hogares de las comunidades aledañas. Para quienes desean algo más tradicional, no falta el café de olla con canela o el ponche artesanal traído desde Comala.

Tradiciones y cultura local

El entorno de El Alpuyeque está profundamente conectado con las tradiciones campesinas de la región. Las festividades religiosas se celebran con procesiones, danzas folklóricas, juegos pirotécnicos y música de mariachi. Aunque la hacienda no alberga celebraciones masivas, su espacio se presta para encuentros culturales, reuniones familiares, talleres y actividades de relajación como yoga, baños de temazcal y terapias naturales.

El valor simbólico del agua termal en la región es un legado de culturas antiguas que reconocían en estos manantiales propiedades curativas. Esta visión ha sido recuperada en años recientes mediante programas comunitarios de bienestar y actividades que combinan medicina tradicional con prácticas de salud contemporánea. De esta forma, la Hacienda El Alpuyeque mantiene su rol como espacio de sanación colectiva y reencuentro con el entorno natural.

Consejos para la visita

Planea tu visita entre noviembre y marzo, cuando el clima es más templado y las actividades al aire libre se disfrutan mejor.

Lleva traje de baño, toalla y ropa ligera, así como sandalias antideslizantes si planeas bañarte en las albercas termales.

Consulta previamente si hay actividades programadas, como terapias o talleres de bienestar, ya que algunos eventos son por temporada o reservación.

Evita el uso de productos químicos agresivos, como jabones o bronceadores, antes de entrar al agua termal para no afectar el ecosistema.

Aprovecha para conocer otros atractivos cercanos, como la ciudad de Colima, el balneario de Los Amiales, o las comunidades artesanales entre Colima y Coquimatlán.

Apoya a los productores locales, comprando alimentos, plantas o artesanías que muchas familias elaboran en los alrededores de la hacienda.

Un refugio natural con herencia histórica

La Hacienda El Alpuyeque es mucho más que un sitio para bañarse: es un punto de encuentro entre la historia, la salud y la identidad rural de Colima. En sus aguas cálidas y silenciosas, el visitante encuentra una pausa del ritmo cotidiano, una oportunidad para reconectar con la naturaleza y con uno mismo. La combinación entre tradición, bienestar y sencillez convierte este lugar en un destino diferente, alejado del turismo masivo y lleno de autenticidad.

Ya sea para un día de descanso, una experiencia de sanación o un recorrido cultural, El Alpuyeque ofrece una vivencia integral. Allí, donde el agua brota desde lo profundo de la tierra, también emergen memorias, saberes y sensaciones que renuevan cuerpo y espíritu. Un tesoro escondido que Colima resguarda con orgullo.

Hacienda El Alpuyeque

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