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Ubicada al sur de la ciudad de Mérida, en el fraccionamiento San Antonio Xluch, la Hacienda Dzoyolá se erige como un símbolo de rescate arquitectónico, respeto a la naturaleza y valorización de la herencia maya.

Restaurada con sensibilidad y buen gusto, esta antigua propiedad henequenera se ha transformado en un espacio destinado a la celebración de eventos íntimos y actividades culturales, sin perder el carácter espiritual y ecológico que le ha dado renombre en la región.

Con su nombre de origen maya que puede traducirse como “agua clara que fluye entre piedras”, Dzoyolá encierra en su esencia la relación profunda que tiene Yucatán con el agua, la tierra y la identidad ancestral.

Una hacienda con historia y vocación contemplativa

La historia de la hacienda se remonta al siglo XIX, cuando operaba como una pequeña unidad de producción agrícola y posteriormente como hacienda henequenera. Como muchas otras propiedades de su tipo, cayó en desuso tras el declive del oro verde y la reforma agraria de 1937. Durante décadas, estuvo abandonada y fue invadida por la maleza.

A finales de los años noventa, fue rescatada por una familia meridana, que emprendió un proyecto de restauración integral respetando la traza original de la casa principal y la antigua capilla. Desde entonces, la hacienda ha sido promovida como un lugar para eventos culturales, encuentros espirituales, bodas íntimas y actividades que priorizan el contacto con la naturaleza y la introspección.

Arquitectura sobria y evocadora

A diferencia de otras haciendas de mayor tamaño y lujo, Dzoyolá conserva un estilo sencillo pero lleno de carácter. Su fachada es de un solo nivel, pintada con colores terrosos y rematada con una espadaña en la capilla. El acceso se realiza a través de un pequeño camino bordeado por árboles, que conduce al patio central.

El inmueble principal presenta muros de piedra, techos altos con vigas de madera, ventanas con celosías y pisos de pasta tradicional. Las remodelaciones respetaron la distribución original, sin introducir alteraciones que rompieran con su armonía estructural.

La capilla ha sido restaurada como espacio ecuménico y es utilizada tanto para ceremonias religiosas como para meditaciones, presentaciones artísticas o rituales simbólicos. La vegetación que rodea la propiedad se ha conservado de forma orgánica, permitiendo que las ceibas, los huayas, las bugambilias y los arbustos locales convivan libremente con las estructuras humanas.

Un refugio para eventos íntimos y sostenibles

La Hacienda Dzoyolá no busca competir con los grandes complejos hoteleros ni con las haciendas fastuosas adaptadas al turismo masivo. Su propuesta es más íntima, ecológica y espiritual. Es ideal para quienes desean organizar:

  • Bodas pequeñas o simbólicas
  • Ceremonias mayas de compromiso o purificación
  • Retiros de meditación, yoga o silencio
  • Presentaciones de libros o arte escénico
  • Talleres de herbolaria, canto, escritura o danza

El espacio puede albergar cómodamente hasta 120 personas, dependiendo del tipo de evento. Los jardines ofrecen sombra natural, y el ambiente es completamente libre de contaminación sonora. Es común escuchar el canto de los pájaros o el croar de las ranas durante las tardes.

Servicios y logística para eventos

La hacienda cuenta con una pequeña cocina de servicio, sanitarios para hombres y mujeres, áreas techadas, estacionamiento limitado y acceso controlado. Los organizadores de eventos suelen contratar proveedores externos de mobiliario, banquete y sonido, aunque algunos paquetes incluyen opciones prediseñadas.

El personal de la hacienda es reducido pero eficiente, y mantiene una relación cercana con los usuarios. Se priorizan las prácticas sustentables, como el uso racional del agua, la separación de residuos y la conservación del entorno natural.

Localización y acceso

La Hacienda Dzoyolá se encuentra en el extremo sur de Mérida, muy cerca del Anillo Periférico y del Fraccionamiento San Antonio Xluch. Su ubicación, aunque discreta, permite un fácil acceso desde diversos puntos de la ciudad. El trayecto desde el centro histórico toma alrededor de 20 minutos en auto.

Este rincón tranquilo y alejado del bullicio urbano es perfecto para quienes buscan un evento en contacto con la naturaleza sin salir de la ciudad.

Atractivos turísticos cercanos

La hacienda puede ser el punto de partida o de cierre para quienes deseen descubrir el sur de Mérida y sus alrededores. Algunos atractivos cercanos incluyen:

  • Parque Zoológico del Centenario, ideal para familias y visitas educativas.
  • La antigua estación de trenes de Mérida, recientemente restaurada.
  • El barrio de San Sebastián, uno de los más tradicionales de la ciudad, con su iglesia, parque y mercado.
  • Cenotes cercanos en Tecoh y Abalá, accesibles con recorridos de medio día.
  • La Ruta de los Conventos, que inicia a pocos kilómetros hacia el sur.
  • El sitio arqueológico de Oxkintok y las Grutas de Calcehtok, si se desea una experiencia más profunda y de aventura.

También es posible combinar la visita con recorridos por otras haciendas del sur, como Hacienda Yaxcopoil o Hacienda San Pedro Ochil, que ofrecen museos o restaurantes.

Una joya escondida para el alma

La Hacienda Dzoyolá es un espacio que va más allá de la estética o el espectáculo. Es un lugar donde la historia, la ecología y la espiritualidad se entrelazan. No pretende deslumbrar con ornamentos, sino ofrecer un entorno genuino, armonioso y profundamente humano.

Ideal para quienes valoran el silencio, la autenticidad y el respeto por la tradición, esta hacienda es uno de los secretos mejor guardados del sur de Mérida. Cada piedra, cada flor, cada rincón cuenta una historia de renacimiento: del abandono a la vida plena, del olvido a la memoria.

Hacienda Dzoyolá

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