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La Ex Hacienda de Ciénega, ubicada en las inmediaciones del Pueblo Mágico de Jerez, Zacatecas, es uno de los testimonios más imponentes del esplendor agrícola y ganadero de los siglos XVIII y XIX.

Fundada en 1782, durante el auge de la economía virreinal, la hacienda fue una de las más productivas de la región, destacando por su arquitectura de cantera rosa, patios simétricos, trojes amplias y una casa grande de dos niveles que aún conserva detalles originales como arcos de medio punto, vigas de madera y una capilla anexa. A diferencia de muchas otras haciendas abandonadas o destruidas por el tiempo, Ciénega ha sido cuidadosamente restaurada y preservada, convirtiéndose en un punto de referencia histórica y cultural en el sur de Zacatecas.

Un entorno que mezcla campo, tradición y cultura

La hacienda se localiza en la comunidad de Ciénega, a solo 15 kilómetros al norte de Jerez, en medio de campos de cultivo y llanuras abiertas que reflejan la vocación agrícola del valle. Este entorno natural y cultural la convierte en una parada perfecta para quienes exploran los paisajes rurales de Zacatecas o siguen la Ruta del Mezcal. Las vistas del cerro de los Cardos y los llanos sembrados de maíz y frijol dan contexto al antiguo esplendor productivo de la finca. La cercanía con Jerez permite combinar la visita con recorridos por el Jardín Rafael Páez, el Teatro Hinojosa o los portales coloniales del centro histórico.

Cómo llegar desde la capital del estado

El acceso a la Ex Hacienda de Ciénega es muy sencillo. Desde Zacatecas capital, se toma la carretera federal 23 rumbo a Jerez. Una vez en el centro de Jerez, basta con seguir la carretera estatal hacia El Cargadero y tomar el desvío bien señalizado hacia Ciénega. En total, el trayecto dura poco más de una hora en automóvil. También es posible llegar en transporte colectivo o contratar un recorrido desde el propio Jerez, especialmente durante festividades locales o recorridos culturales. La hacienda se encuentra justo en la entrada de la comunidad, resguardada por un arco de cantera que da paso a su histórica explanada.

Usos actuales y experiencia del visitante

Actualmente, la Ex Hacienda de Ciénega funciona como espacio para eventos sociales, sesiones fotográficas y visitas culturales. Aunque no opera como hotel, sus instalaciones han sido adaptadas con discreción para recibir a grupos que buscan una atmósfera única para celebraciones o reuniones. Sus amplios patios, jardines y terrazas hacen posible organizar bodas, bautizos o encuentros familiares, siempre con el aura de un lugar que respira historia en cada muro. También es visitada por grupos escolares y culturales que desean conocer más sobre la arquitectura virreinal y la vida rural del siglo XIX en Zacatecas.

El visitante puede recorrer libremente sus antiguos corredores, apreciar los vestigios de los establos y las trojes, así como admirar la pequeña capilla que, aunque modesta, guarda un altar de cantera con imágenes religiosas originales. La experiencia es envolvente y permite imaginar el bullicio de los trabajadores, los rituales religiosos, y la vida cotidiana que alguna vez llenó sus pasillos.

Tradiciones vivas y vínculo con Jerez

A pesar del paso del tiempo, la comunidad de Ciénega mantiene viva la tradición de cuidar y respetar su patrimonio. La hacienda es motivo de orgullo local y forma parte del imaginario colectivo de los habitantes de Jerez y sus alrededores. Durante las fiestas patronales en honor a San Isidro Labrador, celebradas en mayo, se realizan procesiones, bailes populares y encuentros religiosos que tienen como punto de partida o paso la explanada de la hacienda. Las danzas de matachines, las cabalgatas y la gastronomía de la región reviven entonces la esencia comunitaria de este espacio histórico.

Sabores de la región con alma campesina

La gastronomía en la zona de Ciénega es sencilla, pero profunda en sabor y tradición. El visitante que llegue durante las festividades o fines de semana puede encontrar vendedores de gorditas de horno, tamales de ceniza, pan ranchero, enchiladas jerezanas y tacos de barbacoa preparados en hornos de piedra. Aunque la hacienda no cuenta con restaurante propio, en los alrededores se pueden degustar antojitos locales acompañados de agua de tuna o mezcal artesanal, producto emblemático de la región jerezana. El sentido de hospitalidad de la gente del campo complementa esta experiencia con una calidez que convierte cada comida en un acto de bienvenida.

Clima benigno que invita al descanso

El clima en Ciénega es uno de los atractivos más discretos pero agradables para el visitante. Con una altitud cercana a los 2,200 metros sobre el nivel del mar, las temperaturas suelen oscilar entre los 10 °C y los 28 °C a lo largo del año. La primavera y el otoño son las mejores temporadas para visitar la hacienda, ya que los días son templados, el campo reverdece y el cielo ofrece atardeceres espectaculares. Durante la temporada de lluvias, en verano, la vegetación se intensifica, y el entorno se vuelve ideal para caminatas o sesiones fotográficas. En invierno las mañanas pueden ser frías, pero el clima seco hace del lugar una buena alternativa para quienes buscan tranquilidad sin extremos climáticos.

Una memoria de piedra entre el pasado y el presente

Visitar la Ex Hacienda de Ciénega es entrar en contacto con una parte esencial del pasado agrícola y cultural de Zacatecas. Su arquitectura noble, sus muros de cantera y su ubicación entre montes y campos la convierten en un punto de encuentro entre la historia y la identidad regional. Aunque ya no produce maíz ni resguarda rebaños, sigue siendo semilla de memoria, raíz de orgullo local y testigo silencioso de los ciclos que moldean la vida rural. Un sitio para contemplar, celebrar y recordar, donde el tiempo no se ha detenido, pero sí ha dejado una huella imborrable.

Ex Hacienda de Ciénega

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