Las haciendas de México tienen un ambiente muy sugestivo. Quienes se alojan en ellas (cuando han sido acondicionadas como hoteles)o quienes simplemente las visitan (por ejemplo las que funcionan como museos), parecería que viajan en el tiempo a periodos pasados de la historia de nuestro país. Los muros de estas añejas construcciones respiran anécdotas y